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martes, 24 de marzo de 2020

- Aloasí y la Virgen de los Dolores

La parroquia Aloasí, perteneciente al cantón Mejía, está ubicada a 38 kilómetros al sur de Quito, y a dos kilómetros de Machachi. Al llegar a Aloasí se percibe una gran tranquilidad quizá se deba a la presencia del “Santuario de Nuestra Señora de los Dolores”, cuya categoría ostenta esa parroquia desde el 15 de septiembre de 1997.
El Santuario de Nuestra Señora de los Dolores de Aloasí, patrona del Cantón Mejía a quien nos estamos encomendado gracias a los milagros que habría realizado la Virgen de los Dolores, presente en esa parroquia desde hace unos 300 años.
*Emilio T, nacido en Aloasí y joven estudiante, ha escrito: "Aloasí es una tierra de magia y encanto abrazada por volcanes, cerros y montañas. Un lugar para encontrarse con la creación de Dios y sentir su amor a través de la naturaleza! "
Una imagen con devoción
Sobre la llegada de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores a Aloasí hay varias leyendas. Una de ellas habla de que dos de tres mulas que transportaban imágenes se perdieron en el sector. La una se quedó en una escuela de Machachi, y lleva el ahora conocido nombre de Señor de la Santa Escuela, patrono de esa localidad. La otra mula fue a Aloasí con la Virgen de los Dolores, y la tercera llegó a su destino, Quito, cargando la efigie del Señor de la Buena Esperanza.

“Es una imagen de la Escuela Quiteña”, afirmó el sacerdote Edison Sotomayor, quien destacó la devoción que la gente de Aloasí y otras zonas le tienen a esa imagen.
.La devoción también se expresa en las homilías diarias que el párroco da en la Iglesia central, y en las misas de sanación que se efectúan el 15 de cada mes.
El Santuario de Nuestra Señora de los Dolores”, cuya categoría ostenta esa parroquia desde el 15 de septiembre de 1997. En tal declaratoria jugó un rol importante monseñor Carlos Altamirano, oriundo de Aloasí, y quien era Obispo de la Diócesis de Quito. 
También fue vital el fervor católico de los aproximadamente 10 mil 500 habitantes, y el impulso del párroco Marcelo Chicaiza. Magdalena León Barros y Carmen Cruz de Mosquera, junto a Marcelo Jácome, teniente político de esa localidad, recuerdan que fue precisamente el padre Chicaiza quien en 1996 conformó el Comité pastoral parroquial, que estuvo presidido por Alonso Calispa, Martha Aguirre, Carmen Cruz y otros líderes barriales.
La decisión de pedir tal declaratoria se la adoptó considerando la buena imagen de Aloasí y los milagros que habría realizado la Virgen de los Dolores, presente en esa parroquia desde hace unos 300 años.
 Por la Semana Santa es tradición en Aloasí realizar un "Monte Calvario" en el altar principal de la Iglesia Parroquial, como podemos ver en esta imagen:
Un poco de historia
“Se cree que la palabra Aloasí es de procedencia caribe (a-boa Zic-la) o casa del príncipe; esta parroquia fue el asiento del régulo (príncipe) de los Panzaleos, de la tribu Aylluasigz” se dice en el ‘Plan de desarrollo participativo 2002-2012’ elaborado por el Gobierno de la Provincia de Pichincha.
Agrega que los terrenos donde hoy está la parroquia fueron poblados antiguamente por los Panzaleos, pobladores de un triángulo formado por lo que hoy es Machachi, Alóag y Aloasí. Esta civilización se extendía entre las faldas del Rumiñahui, Pasochoa y El Corazón.
En unos escritos, Magdalena León precisa que Aloasí fue declarada parroquia eclesiástica el 26 de junio de 1698, y parroquia civil el 29 de mayo de 1861. Pertenecía a la provincia de Pichincha, formada por un solo cantón con 50 parroquias, entre ellas Aloasí, Uyumbicho, Machachi, Amaguaña, Tambillo.


Los primeros pobladores que vivieron en el territorio de Mejía fueron Pazaleos, que se establecieron en el valle de Machachi y Latacunga. Esta raza estaba habitada en las faldas de Rumiñahui, Pasochoa y Monte Corazón, formando un triángulo que ahora consta de tres cantones del cantón de Mejía: Machachi, Alóag y Aloasí. La parroquia toma su nombre en honor a Cacique Panzaleo Ayllu Asig, quien gobernó las áreas. Según Miguel Salazar, Aloasí proviene del lenguaje Panzaleo y significa: AL: expandir. A: terreno. SI: amarillo.
Otro autor explica que la palabra Aloasí proviene del Caribe (a-boa-zic-la) que significa Casa del Príncipe y que esta parroquia fue la sede del príncipe de Aylluasigz prusiano. El 26 de julio de 1568, se creó la Fundación Eclesiástica bajo el nombre de Santa Ana de Aloasí. En la misma fecha tuvo lugar el primer matrimonio eclesiástico.
El 29 de mayo de 1861 se llevó a cabo la Fundación Cultural Aloasí y, finalmente, el 21 de mayo de 1987, el Gobierno Nacional aprobó la regulación de la demarcación de las áreas urbanas y rurales de Mejía, definiendo los límites geográficos.

¿Qué le caracteriza a la parroquia de Aloasí?
La forma de ser de la gente. Un 90 por ciento somos católicos y eso nos han dado principios morales y éticos. De aquí han salido tres sacerdotes: monseñor Carlos Altamirano, que ahora es obispo de Azogues; Fermín Sandoval (está en Ibarra) y Juan Carlos Quinaluisa (está en Quito).
En los 67 Km2 de Aloasí se cultivan todos los productos de la Sierra, en especial papas, maíz, hortalizas y habas. También hay ganadería de leche. Además, hay plantaciones de flores y brócoli.
Como atractivos turísticos se destacan el cerro El Corazón, el bosque primario Cumbiteo (existen arrayanes, quishuares, orquídeas); la estación del ferrocarril.
El turismo es impulsado por el sector privado. Está la Hostería la Estación, y la Hacienda San Cayetano, donde se hace turismo agro-ecológico.
-Capilla de San Cayetano:
En Aloasí, a las faldas del Volcán Corazón, encontramos la Capilla de San Cayetano, situada en el Barrio de San Roque. 

El Ingeniero Luis Calderón, sobrino de Monseñor Carlos Altamirano fue el promotor de la construcción de la Capillita de San Cayetano con el objetivo de que la gente del campo de esa parte de Aloasi tuviera su capillita y la Eucaristía, porque les queda lejos la iglesia Matriz de Aloasi.

La Primera Piedra de la Capilla fue bendecida por el párroco de Aloasì, P. Geovanny Muyulema. Y fue el P. Edison Sotomayor quien, el 1 de Agosto del 2004  pudo inaugurar la Capilla. 
La fiesta patronal de San Cayetano es el 7 de Agosto, por ello cada 7 de mes se celebra a las 4 pm la Misa y se ofrece a los fieles el "Pan bendecido por San Cayetano". Esto esta a cargo de los "amigos de San Cayetano", que son los priostes encargados cada año, de realizar la fiesta.
Hay una oración a San Cayetano bien conocida por todos, que no olvidan nunca de rezar.
Volcán El Corazón
Su nombre deriva de que, visto de lejos, parece un corazón. El Corazón es un volcán inactivo pero cuyos últimos estudios revelan actividad holocénica en los últimos 12 000 años. El volcán en sí es una caldera erosionada y abierta hacia el noroccidente, el cráter se ha convertido en un profundo barranco para formar el río Negro.
Esta montaña se encuentra ubicada a 62.2 kilómetros de Quito y 22.2 de Aloasí. Siguiendo por la ruta de Aloasí, se puede subir en 4×4 hasta el letrero del límite de la Reserva Ecológica Los Illinizas. En este punto se da inicio a la caminata hacia la cumbre del Corazón. A 40Km. al suroeste de Quito se encuentra la parroquia de Aloasí tras la estación del ferrocarril, al oeste se toma el camino de tierra, aproximadamente 5.2 Km. Es necesario solicitar permiso en la Administración de la Hacienda San Xavier para ingresar, ya que el Corazón es parte de esta propiedad privada.

Chagras caballos, jinetes y rica comida andina:
Se denomina chagra al campesino de los Andes ecuatorianos dedicado principalmente a las faenas ganaderas, generalmente como vaquero o también como arriero.
La gastronomía, el folclore y el turismo especializado de montaña son las áreas con las que el cantón Mejía (Pichincha) busca posicionarse como un destino para el viajero nacional y extranjero durante todo el año y no solo por la fiesta tradicional del Chagra.

Una de las innovaciones es la realización de la denominada Ruta de los sabores del chagra, A través de este evento se revalorizan los platos ancestrales con un toque gourmet, según contó el gastrónomo Juan Pablo Utreras. Él, junto con un grupo de chefs, logró rescatar el runaucho, un plato cocido cuyo ingrediente principal es el cuy asado al carbón, acompañado de salsa ají macho con maní, papas y ensalada. Este plato era uno de los que comían los antepasados después de las siembras, para recuperar energías.
Otros de los platillos que se rescatan son la polla ronca (colada de máchica con papas, col y costilla de res), cariucho (cuy con papas, salsa con plátano de seda), pitimuchas (tortillas de maíz con queso hechas en tiesto), entre otros.
Se busca que al cantón lleguen turistas durante todo el año. Y para recibirlos cuenta con una infraestructura –en sus siete parroquias– de 41 alojamientos, 131 lugares de alimentación y otros 15 centros.

Desde este lugar rodeado de al menos siete montañas, como El Corazón, Illinizas, Pasochoa, Rumiñahui, Sincholagua, Cotopaxi, Viudita y Atacazo, con paisajes de páramo, se realizan distintas actividades como el trekking, cabalgatas, ciclismo, canopy y observación de flora y fauna.



sábado, 21 de marzo de 2020

- 21 de Marzo, Mushuk Nina

El Mushuk Nina celebrado con ceremonias y rituales en el mundo andino
El 21 de marzo se inició un nuevo ciclo, según el calendario andino. Así el inicio del año andino corresponde al 21 de marzo, al cual se le denomina Mushuk Nina que significa “Fuego Nuevo”, en donde el nacimiento de las cosechas da el inicio del calendario Andino que es dado por los equinoccios y solsticios como un nuevo ciclo de vida, la gran celebración de cosechar y compartir granos tiernos y frutas.
La fiesta es una de las cuatro principales en el calendario indígena. Mushuk Nina coincide con el Equinoccio de Primavera, en el que se produce la mayor cercanía del sol a la tierra, especialmente sobre la franja ecuatorial. En marzo, según la creencia indígena, se celebra el inicio del año andino ecuatorial, llamado en kichwa Mushuk Nina. “En este tiempo el Padre Sol se encuentra en una posición recta y directa. Es una ocasión especial donde el astro emana ‘la luz sin sombra’, la cual es posible recibir y canalizar en el cuerpo humano, produciendo una serie de efectos favorables para restablecer la armonía y despertar la conciencia de la gente”
El Mushuk Nina, un término kichwa que significa fuego nuevo, es un ritual que solo se realiza el 21 de marzo de cada año, cuando el sol está a la menor distancia de la tierra. Ese suceso astronómico marca el inicio de la nueva temporada.

El ritual consiste en atar simbólicamente al sol (Inti Watana). “El sol es un elemento importante para la cosmovisión andina, nos da energía y vida, este acontecimiento es tan significativo que marca el inicio de un nuevo tiempo”, explica José Parco, investigador indígena de Chimborazo.
En Chimborazo se realizaron simultáneamente varias ceremonias para agradecer por la vida y celebrar el nuevo ciclo. Los rituales se hicieron en Pucaratambo, San Luis, San Juan y otros cuatro sitios que se consideran sagrados, ya que según los yachaks tienen una energía especial y fueron espacios de adoración en el pasado.
La ceremonia del Mushuk Nina se celebra en varias fases. Empieza con un temascal, los participantes también reciben un baño de florecimiento y purificación, y concluye con una ofrenda a la tierra.
El sábado pasado Ana María Guacho, una yachak de Chimborazo, presidió una ceremonia de Mushuk Nina. La ceremonia se realizó en un sitio conocido como Sagrada Doña Loma, debido a su ubicación especial en medio de montañas y sobre un sitio arqueológico que en la antigüedad posiblemente fue un templo. Allí funciona la plaza ceremonial: “Esta es una ocasión muy especial. 

Un tiempo para compartir, para agradecer al dador de vida por lo que tenemos, por lo que nos da”, dijo la yachak, de 71 años. Ella encendió en el centro de un círculo trazado con piedras, una fogata que simboliza la energía del sol. En el círculo también había cuatro entradas situadas en dirección a los cuatro puntos cardinales, y cada una representaba también un elemento sagrado como agua, aire, tierra y fuego.
Los integrantes empezaron a prepararse para recibir el nuevo ciclo desde el jueves pasado. Ellos realizaron una ceremonia en el temascal, que se considera un renacimiento. “Es una ceremonia para purificar y volver a nacer”, explica Guacho.
El ritual se hace con piedras volcánicas encendidas al rojo vivo, en el interior de un domo hecho con lodo y paja. Los yachaks colocan las piedras encendidas y varias plantas medicinales y el efecto es similar al de un sauna. Según ellos, esto purifica el cuerpo y la mente, y prepara a las personas para recibir el nuevo ciclo con un equilibrio de energías. La ceremonia concluyó con una pamba mesa (comida comunitaria). “Todos los asistentes llevan algo para compartir y es el momento más ameno de la experiencia, todos podemos compartir los sentimientos e impresiones”, dijo Luis Terán, Yaya Carnaval de Chimborazo. En la mesa comunitaria que se tendió en el suelo había frutas y alimentos andinos como mellocos, maíz y capulí.
Una parte se reservó para la ofrenda a la tierra. “Escogemos la mejor parte de la comida y tomamos un poco de cada plato y la devolvemos a la tierra. Lo hacemos para agradecer por la cosecha y para tener más alimentos el nuevo ciclo”.
La ceremonia del Mushuk Nina ecuatorial mantiene su esencia ancestral: Música, danza y comida fueron parte de la ritualidad alrededor del Sol Recto, en el inicio del nuevo año andino, una tradición que aún se mantiene en algunos pueblos de ancestro indígena que se asientan sobre la línea ecuatorial.
Según el investigador Aurelio Trujillo, estas celebraciones tuvieron gran connotación entre los Quitu Cara, una de las cuatro culturas que sobresalió en el mundo andino, junto con la Aymara, Inca y Cañari. Los Quitu Cara desarrollaron su cultura desde lo que hoy es Pasto, en Colombia, hasta el nudo del Azuay, en el sur. Para ellos, el inicio del año era en marzo, con cierta similitud a lo que creían aztecas y mayas.
Dentro de su ritualidad estaba el cerro Catequilla, de 3.630 ms, cuya cima está atravesada por la línea Equinoccial y que, con el uso de modernos equipos GPS en la actualidad, se llega a determinar allí la latitud 0°0’0”
Pirámide sobre el cerro Catequilla, en San Antonio de Pichincha, donde el GPS muestra la latitud 0°0’0”.
Para José Luis Vallejos, del GAD de San Antonio, el cerro es muy visitado a partir de la tercera semana de marzo, debido a la concentración energética que provee el sol, "durante el día que no se acaba porque no hay sombra”.

Entre los visitantes al cerro están varios chamanes, quienes llegan de diversas partes del país y quienes son los encargados de encender el Mushuk Nina o Fuego Nuevo, con el uso de plantas andinas de aromas fuertes.

Tras encender el fuego, los chamanes piden a los asistentes que acerquen las palmas de sus manos al calor, cierren sus ojos y piensen sus deseos, para luego pedirle al Mushuk Nina que les otorgue la energía del fuego y del sol para lograrlo. Luego piden que con sus manos atraigan al humo, para que la energía se transmita a todo el cuerpo. Música interpretada con instrumentos andinos, como flautas, rondadores y tambores, son entonados mientras todos rodean al Fuego Nuevo.

Como líder de la ceremonia, el chamán abre sus piernas y pasa sobre el fuego, porque dice que todo el cuerpo debe recibir esta energía vital; tras él, todos lo siguen una y otra vez, al principio con temor al fuego y luego con mayor alegría.

Esta ritualidad finalizó con una gran pambamesa en la que hubo diversas opciones: maíz, fréjol, chochos, habas, queso, pollo horneado, chicha, etc., donde se comparte la comida con los presentes.
En Cochasquí, en el cantón Pedro Moncayo, en cambio, el Mushuk Nina se desarrolló el domingo en su parque arqueológico, con curas y limpias energéticas para iniciar el nuevo año con optimismo. “No hay que ver las raíces ancestrales como un folklorismo, sino como algo cultural que nos permitirá ver la cosmovisión de los pueblos de aquellos años”, explica Ramiro Pérez, vocal de la Junta Parroquial de San Antonio.

“Existe una leyenda que dice que Catequilla fue reservado para la cultura Cochasquí, quienes anualmente por el mes de marzo llegaban allí para la fiesta de iniciación, que consistía en llevar a las doncellas que por primera vez iban a menstruar”, explica Aurelio Trujillo, quien añade que los pucarás que existen en San Antonio de Pichincha forman una triangulación perfecta que debería estudiarse más a fondo.

“El valle de Lulumbamba tiene mucha historia por redescubrir. Si trazamos una línea recta entre los pucarás de Trigoloma, La Marca y Rumicucho se forma un triángulo rectángulo exacto”. Incluso, se debe plantear un estudio de por qué Rumicucho se encuentra alineado con el monasterio de San Juan en Quito, donde los relatos de Federico González Suárez mencionan que ese lugar fue usado por los pueblos nativos para adorar a la luna.
Otros estudios realizados por el investigador Cristóbal Cobo determinaron, además, que Catequilla y las pirámides preincaicas de Cochasquí se encuentran alineadas en un ángulo que coincide con la salida del sol durante el solsticio de junio.  

Para Álex Troya, presidente del GAD de San Antonio de Pichincha, la comunidad parroquial quiere cambiar su eje productivo hacia el turismo, para repotenciar el valor histórico que posee su territorio. “Se invirtieron USD 37 000 de recursos propios del GAD para adecuar 7 km de vía para acceder a la cima del Catequilla. La comunidad ayudó con material pétreo. A futuro se arborizará a los costados de la vía, indicó”.