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lunes, 30 de noviembre de 2020

- Catedral de Quito, la despedida del cardenal

La catedral de Quito se encuentra en la parte colonial de la ciudad, en el costado sur de la Plaza de la Independencia (popularmente llamada: “la Plaza Grande”).



Es una iglesia muy bonita, se puede apreciar el arte de la Escuela de Quito, un estilo de arte religioso mezclando técnicas españolas y europeas con el arte indígena del país.



En la iglesia se encuentran las tumbas del Mariscal Antonio José de Sucre, y las de unos cuantos presidentes de la república ecuatoriana, así como las de los obispos de la catedral.
Tras la fundación de la villa de San Francisco de Quito, el 6 de diciembre de 1534, y el posterior trazado de la ciudad se decidió otorgarle a la iglesia todo el sector sur de la que sería la Plaza Mayor.

El primer templo provisional, levantado entre 1562 y 1565 por Pedro Rodríguez de Aguayo bajo las órdenes del presbítero Juan de Rodríguez, nombrado párroco de la novel villa, fue una construcción de adobe, madera y techo de paja y reunió a los fieles durante una década. ​



Con la elección de la parroquia quiteña a Obispado, en enero de 1545, se nombra Obispo al español García Díaz Arias y este llega a Quito el 13 de abril del año siguiente, junto al Vicario General Pedro Rodríguez de Aguayo; y los planes para levantar un templo mayor con mejores condiciones empezaron. Entre 1562 y 1565 se la edificó desde los cimientos. Esto convierte a la Catedral de Quito en, probablemente, la más antigua de Sudamérica.

Su construcción es de piedra, y se usó el sistema de minga para el acarreo, labrado y albañilería. Su emplazamiento lateral contribuyó a jerarquizar la Plaza Mayor, pese a que su entrada principal no se encuentra frente a ella ya que existía la profunda quebrada de Sanguña, que no permitía que el templo se extendiera hacia atrás.



Después de la erupción del volcán Pichincha, que asoló Quito en 1660, la Catedral debió ser reconstruida por orden del Obispo Alonso de la Peña Montenegro; y muchos de sus espacios internos fueron re-decorados; de esta época es la pintura de la Virgen que se encuentra en el retablo del coro, obra del pintor Miguel de Santiago.

En 1755 se llevó a cabo una segunda reconstrucción, debido al terremoto que azotó la ciudad ese año, aunque no hubo mayores cambios debido a que los daños no fueron significativos.

En la tercera reconstrucción de 1797, en la que se añadió también el mencionado Arco de Carondelet, se encomendó al experto tallador Manuel Chili Caspicara rehacer el retablo del coro, mientras los pintores Bernardo Rodríguez y Manuel Samaniego decoraban el centro del mismo y las enjuntas de los muros del templo con sus obras. De esta misma época data el destacado tallado de madera y cubierta de oro del púlpito actual. ​

El terremoto de 1868 obligó a una cuarta reconstrucción, esta vez de la torre del campanario, que se vino abajo con el sismo; esta solamente terminó de ser reconstruida en 1930, en un estilo diferente a todo el contexto, el llamado casco prusiano, debido a que el proyecto fue del arquitecto y sacerdote alemán Pedro Bruning. Otras intervenciones menores, todas para conservar el patrimonio de la Catedral, se dieron en 1992, cuando se realizaron trabajos en la estructura y en las cubiertas; y en 1997 y 1999 se hicieron reparaciones en el atrio y pretil.


DESPEDIDA EN LA CATEDRAL de QUITO al CARDENAL VELA

El Cardenal Raul Vela Chiriboga falleció este 15 de noviembre 2020 a los 86 años de edad. Se conoció que  murió por causas naturales en el Hospice San Camilo en Quito tras presentar diversas complicaciones en torno a su salud.

Mons. Raúl Vela Chiriboga fue arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Quito, donde ejerció su ministerio episcopal desde marzo del 2003 hasta septiembre de 2010. El Papa Benedicto XVI lo había nombrado cardenal el 20 de noviembre de 2010 con título de Cardenal presbítero.

El Nuncio Mons. Andrés Carrascosa, informó que el Cardenal venía presentando varias patologías que fueron agravando progresivamente su estado de salud. Agregó que el Papa Francisco, informado de su estado clínico, le envió una especial Bendición Apostólica, que fue de gran consuelo para el enfermo.

Por su parte el Padre Alberto Redaelli, director del Hospice San Camilo, informó que el Sr. Cardenal murió a las 21h00 acompañado de sus familiares y amigos más cercanos. Agregó que momentos antes de su muerte habían estado rezando vísperas y se habría cantado junto con el Cardenal el Salve Regina.

Mientras tanto los Obispos del Ecuador en un comunicado de prensa lamentaron su pérdida, y agregaron que les consuela saber que, “como siervo fiel, Dios lo recibirá en su Gloria. Agradecemos a Dios por su generosa entrega a la Iglesia y al pueblo ecuatoriano”. La Misa de sepelio tuvo lugar en la Catedral Primada de presidida por el Representante del Papa, el Nuncio Apostólico Mons. Andrés Carrascosa Coso.

El Cardenal nació en Riobamba el 1 de enero de 1934. Luego de haber hecho sus estudios filosóficos y teológicos en el Seminario Mayor “San José” de Quito, recibió la Ordenación Sacerdotal el 28 de julio de 1957.  Ejerció por algunos años el ministerio sacerdotal en la Diócesis de Riobamba, hasta que fue nombrado, en 1969, Subsecretario de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

En 1972 fue elegido Obispo Auxiliar de Guayaquil, recibiendo la Consagración Episcopal el 21 de mayo de ese mismo año. Siendo Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis del Puerto Principal, ejerció al mismo tiempo el cargo de Secretario General de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (1972-1975). En 1975 fue nombrado Obispo de Azogues, cargo que desempeñó hasta 1989. En 1989 fue nombrado Obispo Ordinario Militar. En la Conferencia Episcopal Ecuatoriana presidió desde 1999 la Comisión Episcopal de Liturgia. El 21 de marzo de 2003, el Santo Padre Juan Pablo II lo nombró Arzobispo de Quito.

El 20 de octubre del 2010, el Santo Padre Benedicto XVI anunció la creación de nuevos cardenales y entre ellos estaba Mons. Raúl Vela Chiriboga. El 20 de noviembre de 2010 recibió la investidura cardenalicia, en Roma. Mons. Raúl Vela Chiriboga era un hombre alegre, humilde y cercano, son solo algunas de las cosas que describen al hombre que el Papa Benedicto quiso como Cardenal, y quien años más tarde participó del Conclave donde fue electo el Papa Francisco.

 


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