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jueves, 7 de octubre de 2021

- El convento de San Francisco de Quito


El Convento de San Francisco, la gran plaza y una muestra del arte religioso del Museo

El Convento de San Francisco es una de las construcciones más antiguas en Quito, con sus torres blancas que reflejan contra el brillante cielo azul. Este no es simplemente un monumento religioso, es un pilar de la conciencia quiteña. La Plaza San Francisco es la cuna del catolicismo en Quito, la sede de numerosas festividades religiosas, un tesoro arquitectónico y una de las maravillas que circunda a la capital ecuatoriana en leyenda.



  Tal grandeza no se construyó de la noche a la mañana, la estructura de esta mini-ciudad tardó casi 150 años en levantarse (de 1534 a 1680). Fue fundada por el franciscano Jodoco Ricke y durante una época, fue el hogar de 160 monjes. El complejo religioso de San Francisco ocupa más de tres hectáreas, es el más grande de su tipo en América, abarca una iglesia principal, dos capillas, un museo de arte, patios, huertas, catacumbas y una antigua fábrica de cerveza.

  El complejo religioso de San Francisco está entreverado con la cultura de Quito. Es una iglesia, un museo, un hogar y un monumento que merece ser explorado. El Convento-Iglesia de San Francisco se levanta en medio del centro histórico de Quito, frente a la plaza del mismo nombre. La estructura es el conjunto arquitectónico de mayor dimensión dentro de los centros históricos de toda América, y por ello es conocido como "el Escorial del Nuevo Mundo".​ San Francisco es considerada una joya de la arquitectura continental por su mezcla de diferentes estilos, durante los 150 años de construcción.



  Sobre sus tres hectáreas y media de superficie se han construido trece claustros (seis de ellos de gran magnitud), tres templos, un gran Atrio, sumando aproximadamente cuarenta mil metros cuadrados de edificación. Allí se desarrollan múltiples actividades en la actualidad: las conventuales y religiosas, de atención pública en las áreas de salud, de comunicación, educativas y otras de corte popular que mantienen activo al edificio.

  Dentro de la iglesia se encuentran más de 3.500 obras de arte colonial, de múltiples manifestaciones artísticas y variadas técnicas, especialmente aquellas correspondientes a la Escuela Quiteña de arte, que nació precisamente en este lugar. Posee también una biblioteca franciscana, descrita en el siglo XVII como la mejor del Virreinato del Perú. ​

   Al conjunto le precede una plaza homónima que durante años abasteció a la ciudad de agua de su fuente central, y que ha funcionado como mercado popular, como espacio de concentraciones militares y políticas, y como lugar de encuentro. 

La escalera cóncavo-convexa que comunica la plaza con el Atrio, que resalta la fachada manierista-barroca del templo mayor, es considerada de gran importancia arquitectónica en América. ​

Historia

En el Quito prehispánico los actuales terrenos de la Iglesia y Convento de San Francisco fueron ocupados por el palacio real del Inca Huayna Cápac, ante el avance de los ejércitos comandados por los españoles desde el sur y la imposibilidad de defender la ciudad el general indígena Rumiñahui dispuso la destrucción total de la misma. 

  En el incendio de la ciudad el palacio fue destruido y sepultado bajo una enorme cantidad de escombros y basura. Uno de los soldados de Rumiñahui fue el bisabuelo del indígena Cantuña, el cual como testigo ocular de los sucesos tenía pleno conocimiento de lo que se hallaba enterrado en el lugar.

  La construcción de la iglesia y convento de San Francisco inició alrededor del año 1537, apenas tres años después de la fundación española de la ciudad, con la terminación de un templo provisional que se mantuvo hasta 1550, cuando se inició la construcción del edificio actual y que fue culminado hacia 1680. Aunque el edificio fue oficialmente inaugurado en el año 1705.

  A partir del año 1895 y hasta 1960 se produce un nuevo uso de espacios al conjunto. Pese a que el Convento de San Francisco ha conservado casi inalterablemente su estructura física, en esta etapa ocurrieron cambios vinculados a la aplicación y uso de nuevas técnicas y materiales de construcción al momento de las intervenciones. 

Debido a la modernización de la infraestructura urbana de la ciudad, las instalaciones conventuales se beneficiaron de los servicios de luz eléctrica, agua potable, alcantarillado y teléfono. ​

Por otro lado, con la instalación de nuevas dependencias (museo, imprenta, teatro, radio, establecimiento privado de educación) se produjo una readecuación funcional de su estructura espacial que, paulatinamente, se fue haciendo más pública.

Museo de arte religioso

El Museo está ubicado al interior del Convento Franciscano de Quito. En éste lugar se expone una de las mejores colecciones de arte religioso de la conocida época colonial.

  Las obras van desde los siglos XVII al XIX y pertenecen a la famosa Escuela Quiteña de Arte. Los artístas expuestos en el Museo son Miguel de Santiago; Manuel Chili "Caspicara"; Bernardo de Legarda; Bernardo Rodríguez; Manuel Samaniego; entre otros.

  El visitante puede ingresar a las 6 salas de exhibición para luego terminar el recorrido visitando el Coro de la Iglesia, lugar emblemático y místico de los franciscanos de Quito.

  El Museo Franciscano "Fray Pedro Gocial" es uno de los museos más lindos y preciosos que se conserva al interior del Convento Máximo de Quito.

  El conjunto arquitectónico del Convento de San Francisco de Quito constituye uno de los monumentos de mayor valor artístico y cultural de la América hispana, por su arquitectura y su deslumbrante belleza, que extasía con su encanto al alma artística quiteña.

  La armonía de sus formas, la sutileza de sus movimientos, confirman su carácter hispánico; por su sincronía con el universo, por su sincretismo con la cosmovisión andina y por su irrenunciable ancestro indígena, se reconfirma su identidad barroca mestiza.

  Al interior de éste marco de legado artístico funciona el Museo de arte religioso “Fray Pedro Gocial” que exhibe una de las colecciones más bellas y completas del Arte Quiteño de los siglos XVI XVII y XVIII, con piezas pictóricas y escultóricas que nos hablan de la genialidad, talento y fe católica de los habitantes de esta ciudad. 



 

 


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