LISTADO DE TODOS LOS TEMAS

sábado, 16 de octubre de 2021

- La Pachamama andina



Pachamama (Madre Tierra). La palabra pacha es una expresión de las lenguas indígenas que define la tierra, el mundo, el tiempo y el universo. No es solo la tierra que pisamos y la naturaleza que podemos percibir, sino también el ciclo de vida que comprende.

Los antiguos indígenas celebraban fiestas y rituales para honrar a la Madre Tierra y darle las gracias por todo lo que ofrecía: los cultivos para comer, las plantas para preparar ungüentos y medicinas, los árboles para construir casa y herramientas…


La Pachamama es una divinidad de la cultura inca que representa nuestro planeta, la tierra en la que vivimos. En países como Bolivia, Perú, Ecuador, Argentina o Chile, los indios quechua y aimara veneraban a la diosa Pachamama o Mama Pacha.


Las celebraciones en honor a la Pachamama incluyen ofrendas de comida, objetos y flores para la diosa. En la antigüedad se sacrificaban llamas para pedir buenas cosechas para el año que empezaba (en algunos lugares sigue haciéndose hoy en día).
Las comunidades indígenas se vuelcan en la festividad: se organizan bailes y cantos, se preparan platos tradicionales y se venden productos artesanales.
La figura de la Mama Pacha está representada por la anciana más vieja de la comunidad, que es la protagonista de la fiesta. Es una forma de reconocer el poder de las mujeres para engendrar vida y su importancia dentro de la tribu.


Se calcula que en América del Sur y Centroamérica hay 50 millones de personas que pertenecen a comunidades indígenas. Estos descendientes tratan de mantener las tradiciones y costumbres de sus antepasados para que su cultura no se pierda.
La filosofía de la Pachamama transmite un mensaje de comunión, sostenibilidad y respeto por el medio ambiente. En muchos países del mundo se organizan festivales de la Pachamama con actividades que promueven el amor por la naturaleza.


El culto a la Pachamama existe desde hace miles de años, mucho antes de que los primeros españoles llegaran a América. Los rituales y creencias se transmitieron de forma oral durante siglos, por eso la celebración puede variar en cada lugar.


Las ceremonias y actos de homenaje se celebran durante el mes de agosto, pero hay regiones que hacen coincidir la festividad con el Carnaval (seguramente por la influencia de la religión cristiana y el ritual de cuaresma, que tenía lugar en febrero).


Algunos pueblos indígenas también celebraban el 21 junio, día del solsticio de verano, como inicio del año nuevo indígena. Este calendario se basa en el ciclo lunar, que controla la naturaleza, las lluvias y la vida animal y vegetal.
La cordillera de los Andes de Ecuador
La cordillera de los Andes de Ecuador con sus volcanes y montañas para descubrir, llenos de sitios ancestrales, en cuyas cumbres se realizaron rituales religiosos para ofrendas a la Pachamama.
¡Feliz año nuevo andino amazónico!  Imágenes de la celebración con ofrendas y rituales ancestrales a la Pachamama. Se celebra en lugares considerados sagrados, esta ceremonia recibe el nombre de Willka Kuti.
La Pachamama Raymi o Fiesta de la madre tierra, es una de las ceremonias ancestrales más importantes del mundo andino, que coincide con la mitad del año agrícola para brindar ofrendas en agradecimiento a las buenas cosechas de la madre tierra. Esta ceremonia andina se celebra todo el mes de agosto, pero el día principal cae en el primer día de este mes (Día de la Pachamama).
La ceremonia ancestral varia en forma en diferentes regiones del país, pero su fin es el mismo, de cuidar y ofrendar a la Pachamama (Madre Tierra) por lo producido durante el año. Esta tradicional fiesta también se realiza en las comunidades alto andinas de Argentina, Ecuador, Perú y Bolivia, estos dos últimos son lo que más practican la ancestral ceremonia.
Según estudios, la ceremonia a la tierra se realizó desde la época pre hispánica por los incas, quienes veneraban la naturaleza, el sol (Dios Inti), montañas (Dios Apus) y la tierra (Pachamama), por brindarles alimentos para todo el imperio incaico, además para pedirles un buen año agrícola.
Según su tradición, las ofrendas deben contener comidas, bebidas, hojas sagradas de coca, sacrificios de animales, dulces, plantas y otros para obtener las mejores cosechas de productos de los andes.
Por lo general esta celebración se realiza el primero de agosto, haciendo un pago a la Pachamama, pero mucho también lo realizan  en este mes. Debido a que en este mes se inicia el año agrícola.
En los hogares se realizan ofrendas particulares; ya sea con pica pica amarilla que se debe esparcir por los alrededores de las viviendas y acompañado de sahumerio que humean toda la casa de rincón a rincón.
También, en los Apus tutelares  se hacen ofrendas comunitarias donde sacerdotes andinos oficializan las  ceremonias a la Pachamama con el pago respectivo.
Si bien es cierto, la ceremonia debe ser realizado por un  sacerdote andino(Pacco), quien entra en conexión con la Madre tierra para pedirle permiso del pago que realizara, y que la Pachamama recibirá con gratitud.
También en la actualidad, los hombres creyentes  en la divinidad andina realizan una ceremonia nombrando a los Apus (Montañas Sagradas) al sol (Dios Inti) y a la Pachamama con hojas de coca, sahumerio, pica pica amarillo, dulces, chicha de maíz.
Todo esto tiene lugar a la primera hora del día 1 de agosto, con los primeros rayos del sol.
¿CÓMO SE HACE EL PAGO A LA TIERRA?
Como parte de la ceremonia ancestral, los comuneros se reúnen el primero de agosto, con los primeros rayos del sol. En un área despejada, sin mucho acceso de personas, se cava un hoyo de 50 cm de profundidad y un metro de diámetro aproximadamente; en este hueco se ponen todos los elementos del pago a la tierra.
Luego se hace una petición a la Pachamama, al sol y a las montañas, con tres hojas de coca en mano mirando al cielo, después dejas las hojas  de coca sobre la ofrenda, lo quemas hasta que queden cenizas y finalmente se cubren con la tierra escarbada.
El lugar donde hiciste la ofrenda, no debe ser pisado ni abierto por nadie; es decir, que nadie puede tocar después de hacer el pago a la Pachamama, hasta el siguiente año.   Además la comida que pusiste en la ofrenda debe ser algo especial y ser el primer plato que sirvas.
¿QUÉ CONTIENE LA OFRENDA A LA PACHAMAMA?
-Una manta de lana o ‘Lliclla’, donde preparar la ofrenda.
-Papel de despacho donde se envuelve todos los elementos de la ofrenda
-Hojas de coca para los k’intus (tres hojas de coca en muy buen estado para que se usen en la ceremonia)
-Fetos de animales disecados, estos pueden ser de cordero, alpaca o llama que simbolizan la fertilidad de la madre tierra.
-Conchas marinas y estrellas del mar
-Semillas de coca, maíz
-Huairuros
-Plantas medicinales
-Cigarros
-Mistura o “picapica”
-Dulces y galletas animalitos
-Chicha de jora (Maíz)
-Sahumerio
MITOLOGÍA INCA
Los incas tenían una religión “panteista”, solo creían en dioses creadores de la naturaleza como las montañas (Apus), valles, ríos, rayos, truenos, lluvias, lagunas, sol, y otros. Y esto incluso data desde las civilizaciones pre incas como los Moches, Chimus, Chankas, Tiahuanakus, y más que convivían y adoraban a la naturaleza por los obsequios que recibían.
Los incas respetaron tanto la naturaleza, probablemente este fue el pilar del éxito que tuvieron en todo el Tawantinsuyo al extenderse por los rincones de Sudamérica. Además, tenían bien claro la importancia del espacio y tiempo en la vida,  lo que se conoce como la Cosmovisión Andina:
Hanan Pacha.- ‘el mundo de arriba’. Representado por el cóndor
Kay Pacha.- ‘el mundo presente, donde ahora vivimos’. Representado por el puma.
Uku Pacha.– ‘el mundo de abajo, el mundo de los muertos’. Representado por la serpiente.
Todos estos planos entraban en conexión divina cuando se realizaban las ceremonias andinas.
Día de la Pachamama
El 1 de agosto se celebra el Día de la Pachamama. Se trata del festejo más popular de los pueblos originarios de América Latina. El día celebra a la Madre Tierra. Esta festividad encierra el concepto de finalizar ciclos, renovarse y comenzar nuevos proyectos y es un ritual de agradecimiento a la Tierra por su protección y lo que ofrece diariamente.
La fe centrada en la Pachamama convive en muchos casos con el cristianismo. Se producen entonces sincretismos entre las creencias: por ejemplo, en Bolivia, la Pachamama es identificada con la Virgen de Copacabana en La Paz, y la Vírgen del Socavón en Oruro. En Perú, es identificada con la Virgen de la Candelaria. 
En la fiesta las personas traen ofrendas como frutas, cereales, dulces, comidas, bebidas para la Pachamama (Madre Tierra). Estos obsequios son bendecidos y luego quemados o enterrados para lograr favores de la madre tierra.
Este año los sacerdotes andinos han pedido que se respete a la tierra preservándola para las generaciones futuras sin contaminación. Además le piden por un buen año desde hoy.
"El primero de agosto siempre se hace esta ceremonia dando gracias a la madre tierra, ya que en este mes la tierra despierta. Entonces debemos agradecerle por la vida en el planeta", contó uno de los participantes de la tradición.
"Que el ser humano tenga conciencia. Que todos vivimos en una casa y esa casa es este mundo. Nosotros dependemos de la tierra", dijo 'Chaman Inkari'.
Se realiza un pozo no muy profundo, donde se depositará la ofrenda a la Pachamama a fin de hacer desaparecer los males de la tierra y además para agradecer, pedir y bendecir los frutos que vendrán. Se elaboran comidas preparadas para el evento, bebidas, cigarrillos encendidos, hojas de coca, los cuales son tapados con una piedra mientras se pronuncian rezos en quechua. Luego, se rompe un cántaro que contiene chicha y se tapa el pozo.
La mezcla de caña blanca paraguaya o ginebra con hojas de ruda, maserada durante un mes. Se bebe en ayunas, preferiblemente a la madrugada. Se trata de una medicina casera y ancestral para mejorar la salud y atraer la buena suerte, pero también funciona como desparasitante. Se toma en tres sorbos, siete sorbos o de un trago largo. 

jueves, 7 de octubre de 2021

- El convento de San Francisco de Quito


El Convento de San Francisco, la gran plaza y una muestra del arte religioso del Museo

El Convento de San Francisco es una de las construcciones más antiguas en Quito, con sus torres blancas que reflejan contra el brillante cielo azul. Este no es simplemente un monumento religioso, es un pilar de la conciencia quiteña. La Plaza San Francisco es la cuna del catolicismo en Quito, la sede de numerosas festividades religiosas, un tesoro arquitectónico y una de las maravillas que circunda a la capital ecuatoriana en leyenda.



  Tal grandeza no se construyó de la noche a la mañana, la estructura de esta mini-ciudad tardó casi 150 años en levantarse (de 1534 a 1680). Fue fundada por el franciscano Jodoco Ricke y durante una época, fue el hogar de 160 monjes. El complejo religioso de San Francisco ocupa más de tres hectáreas, es el más grande de su tipo en América, abarca una iglesia principal, dos capillas, un museo de arte, patios, huertas, catacumbas y una antigua fábrica de cerveza.

  El complejo religioso de San Francisco está entreverado con la cultura de Quito. Es una iglesia, un museo, un hogar y un monumento que merece ser explorado. El Convento-Iglesia de San Francisco se levanta en medio del centro histórico de Quito, frente a la plaza del mismo nombre. La estructura es el conjunto arquitectónico de mayor dimensión dentro de los centros históricos de toda América, y por ello es conocido como "el Escorial del Nuevo Mundo".​ San Francisco es considerada una joya de la arquitectura continental por su mezcla de diferentes estilos, durante los 150 años de construcción.



  Sobre sus tres hectáreas y media de superficie se han construido trece claustros (seis de ellos de gran magnitud), tres templos, un gran Atrio, sumando aproximadamente cuarenta mil metros cuadrados de edificación. Allí se desarrollan múltiples actividades en la actualidad: las conventuales y religiosas, de atención pública en las áreas de salud, de comunicación, educativas y otras de corte popular que mantienen activo al edificio.

  Dentro de la iglesia se encuentran más de 3.500 obras de arte colonial, de múltiples manifestaciones artísticas y variadas técnicas, especialmente aquellas correspondientes a la Escuela Quiteña de arte, que nació precisamente en este lugar. Posee también una biblioteca franciscana, descrita en el siglo XVII como la mejor del Virreinato del Perú. ​

   Al conjunto le precede una plaza homónima que durante años abasteció a la ciudad de agua de su fuente central, y que ha funcionado como mercado popular, como espacio de concentraciones militares y políticas, y como lugar de encuentro. 

La escalera cóncavo-convexa que comunica la plaza con el Atrio, que resalta la fachada manierista-barroca del templo mayor, es considerada de gran importancia arquitectónica en América. ​

Historia

En el Quito prehispánico los actuales terrenos de la Iglesia y Convento de San Francisco fueron ocupados por el palacio real del Inca Huayna Cápac, ante el avance de los ejércitos comandados por los españoles desde el sur y la imposibilidad de defender la ciudad el general indígena Rumiñahui dispuso la destrucción total de la misma. 

  En el incendio de la ciudad el palacio fue destruido y sepultado bajo una enorme cantidad de escombros y basura. Uno de los soldados de Rumiñahui fue el bisabuelo del indígena Cantuña, el cual como testigo ocular de los sucesos tenía pleno conocimiento de lo que se hallaba enterrado en el lugar.

  La construcción de la iglesia y convento de San Francisco inició alrededor del año 1537, apenas tres años después de la fundación española de la ciudad, con la terminación de un templo provisional que se mantuvo hasta 1550, cuando se inició la construcción del edificio actual y que fue culminado hacia 1680. Aunque el edificio fue oficialmente inaugurado en el año 1705.

  A partir del año 1895 y hasta 1960 se produce un nuevo uso de espacios al conjunto. Pese a que el Convento de San Francisco ha conservado casi inalterablemente su estructura física, en esta etapa ocurrieron cambios vinculados a la aplicación y uso de nuevas técnicas y materiales de construcción al momento de las intervenciones. 

Debido a la modernización de la infraestructura urbana de la ciudad, las instalaciones conventuales se beneficiaron de los servicios de luz eléctrica, agua potable, alcantarillado y teléfono. ​

Por otro lado, con la instalación de nuevas dependencias (museo, imprenta, teatro, radio, establecimiento privado de educación) se produjo una readecuación funcional de su estructura espacial que, paulatinamente, se fue haciendo más pública.

Museo de arte religioso

El Museo está ubicado al interior del Convento Franciscano de Quito. En éste lugar se expone una de las mejores colecciones de arte religioso de la conocida época colonial.

  Las obras van desde los siglos XVII al XIX y pertenecen a la famosa Escuela Quiteña de Arte. Los artístas expuestos en el Museo son Miguel de Santiago; Manuel Chili "Caspicara"; Bernardo de Legarda; Bernardo Rodríguez; Manuel Samaniego; entre otros.

  El visitante puede ingresar a las 6 salas de exhibición para luego terminar el recorrido visitando el Coro de la Iglesia, lugar emblemático y místico de los franciscanos de Quito.

  El Museo Franciscano "Fray Pedro Gocial" es uno de los museos más lindos y preciosos que se conserva al interior del Convento Máximo de Quito.

  El conjunto arquitectónico del Convento de San Francisco de Quito constituye uno de los monumentos de mayor valor artístico y cultural de la América hispana, por su arquitectura y su deslumbrante belleza, que extasía con su encanto al alma artística quiteña.

  La armonía de sus formas, la sutileza de sus movimientos, confirman su carácter hispánico; por su sincronía con el universo, por su sincretismo con la cosmovisión andina y por su irrenunciable ancestro indígena, se reconfirma su identidad barroca mestiza.

  Al interior de éste marco de legado artístico funciona el Museo de arte religioso “Fray Pedro Gocial” que exhibe una de las colecciones más bellas y completas del Arte Quiteño de los siglos XVI XVII y XVIII, con piezas pictóricas y escultóricas que nos hablan de la genialidad, talento y fe católica de los habitantes de esta ciudad. 



 

 


viernes, 1 de octubre de 2021

- Santa Marianita de Jesús: El Carmen Alto

                          

Mariana de Jesús nació en Quito el 31 de octubre 1618 y falleció el 26 de mayo 1645.

Huérfana desde los siete años, fue tutelada por su hermana mayor, de nombre Jérónima y su esposo quienes la criaron como hija suya y comprendieron su inclinación hacia la vida penitente. A temprana edad dio muestras de una precoz vida religiosa oración y de caridad hacia los pobres, invitando a sus sobrinas (de su misma edad) a rezar el rosario, hacer el viacrucis, evangelizar paganos y ayudar a los indigentes. ​ 

Ayudada por su cuñado, en dos ocasiones intentó ingresar sin éxito a la comunidad religiosa, por lo que decidió servir a Dios de manera laica, viviendo en una habitación que se le construyó en el solar que había heredado su hermana Jerónima y que hoy corresponde al coro del Monasterio de El Carmen Alto. Su primer guía espiritual fue el jesuita Juan Camacho, quien la motivó para hacer el voto de virginidad perpetua. ​

                          Retrato de Mariana de Jesús, por Antonio Salas Avilés (1845)

Mariana de Jesús tenía dotes innatas para la música, por lo que tocaba hermosamente la guitarra y la vihuela, además de que poseía una armoniosa voz que compartía a través del canto. Había aprendido a leer, coser, tejer y bordar, lo que le permitía mantener su tiempo ocupado y lejos del pecado de la ociosidad. 

Se propuso cumplir aquel mandato de Jesús: "Quien desea seguirme que se niegue a sí mismo", y desde niña empezó a mortificarse en la comida, en el beber y dormir. Con frecuencia se retiraba a practicar penitencia en su habitación, la cual despojó de todo mueble con excepción de un ataúd y una calavera que le recordaban que iba a morir y tendría que rendir cuentas a Dios; en él dormía varias noches cada semana, y el tiempo restante lo tenía lleno de almohadas que semejaban un cadáver.

Entre sus guías espirituales más célebres se encontraba el padre Hernando de la Cruz, quien realizó un hermoso retrato de la joven y le dedicó un poema. El 6 de noviembre de 1639, y por consejo de sus confesores, se hizo terciaria de San Francisco de Asís (ya que en la Compañía de Jesús no hay tercera orden, como ella tanto hubiera deseado). ​

                  La iglesia del Carmen Alto, edificada en la casa de Santa Marianita de Jesús en Quito

Murió el viernes 26 de mayo de 1645,y fue precedido por un inmenso cortejo fúnebre, y a la misa acudieron los más importantes personajes de la ciudad, así como cientos de pobres a los que alguna vez había ayudado..

        El jardín de la casa de Santa Marianita donde, según la tradición, creció una milagrosa azucena

Fue una mujer piadosa y devota que se entregó a una vida de recogimiento en un ambiente de total austeridad y penitencia dentro de su propia casa. Según sus hagiografías, era ferviente seguidora de santa Teresa de Jesús y en varias ocasiones habría expresado el deseo de que su casa acogiera un convento de carmelitas descalzas.

En Quito ocurrieron un conjunto de movimientos telúricos que destruyeron varias casas y ocasionaron la muerte de algunas personas, por lo que un sacerdote de la iglesia de La Compañía dijo durante un sermón: "Dios mío, te ofrezco mi vida para que se acaben los terremotos". A lo que Mariana respondió: "No, Señor, la vida de este sacerdote es necesaria para salvar muchas almas, en cambio yo no soy necesaria. Te ofrezco mi vida para que cesen estos terremotos". La gente admiró el sacrificio que ofrecía la joven, y aquella misma mañana al salir del templo ella manifestó que comenzó a sentirse muy enferma, hecho que coincidió con el cese de los movimientos telúricos de acuerdo a la crónica de la época. 

                El Convento del Carmen Alto (en la casa de Santa Marianita de Jesús en la actualidad​

Es conocida como la Azucena de Quito por un suceso sobrenatural que le es atribuido: durante la convalecencia de la enfermedad que le aquejaba tras el sacrificio ofrecido, parte de los tratamientos médicos consistían en sacarle sangre. Después la muchacha de servicio vertía la sangre en una maceta del huerto, y en la misma nació días después una bellísima azucena. Es por eso que en la mayor parte de sus representaciones aparece con esta flor entre sus manos o cerca de ella.

Se dice que la joven recibió el don de conocer el futuro, por lo que predijo entre otras cosas, el día que su casa se convertiría en un Monasterio Carmelita, lo que se cumplió.

La casa de Santa Marianita de Jesús

El propietario del inmueble, Juan Guerrero de Salazar, sobrino político de la beata quiteña, se empeñó en cumplir la voluntad de su tía, destacada insistentemente como una profecía. El 9 de mayo de 1653 entregó el inmueble a las carmelitas descalzas llegadas de Lima, mediante una escritura de donación. Tres siglos después de su muerte, la Asamblea Nacional la declaró Heroína Nacional y poco después, Pío XII la proclamó la primera santa quiteña.

El Museo del Carmen Alto (en la casa de Santa Marianita)

El museo alberga una rica colección de obras pictóricas, objetos religiosos, textiles artesanales, esculturas en varias escalas y trabajos en madera; además de varios objetos elaborados en el transcurso de los últimos cuatro siglos.

En Quito, el arte religioso fue un oficio y una expresión predominante durante mucho tiempo y los monasterios eran espacios donde se concentraban trabajos de artistas anónimos y de renombre. En el Carmen Alto, el arte se puede apreciar en todos los rincones y se destacan obras representativas de estilos simbolista, expresionista, barroco quiteño y maneirismo.

Las obras del taller de Bernardo Rodríguez (siglo XVIII), de Víctor Mideros (siglo XX), de Luis Ruiz (siglo XX) y de Hernando de la Cruz (siglo XVII) forman parte de nuestra exposición permanente. Además existen obras atribuidas a artistas anónimos que en algún momento de la historia realizaron trabajos para el monasterio.

La mayoría de pinturas de soporte en tela son de autores anónimos y datan entre el siglo XVII y XX. Sin embargo, existen obras de autores representativos como Víctor Mideros, Montúfar, Luis A. Ruiz y Ramón A. Vargas. Otras son atribuidas a Joaquín Pinto, al taller de Bernardo Rodríguez de la Parra y Jaramillo, a Miguel de Santiago y a Isabel de Santiago.

La colección de esculturas está conformada por obras de talla completa, de vestir, de tela encolada, tipo candelero entre otras que datan de los siglos XVII al XIX. Están ornamentadas con depuradas técnicas decorativas como policromías, encarnados mates y brillantes, chinescos y estofados.


La Dormición o Tránsito de la Virgen.

En el Monasterio del Carmen Alto, la fiesta en homenaje al Tránsito de la Virgen María a los cielos alcanzó gran fastuosidad a fines del siglo XVIII. Cada 15 de agosto el conjunto escultórico completo era colocado en el presbiterio de la iglesia del monasterio en un escenario teatral, propio de la cultura barroca, plagado de luminarias, cortinajes, espejos y otros objetos.

Desde hace más de doscientos años, el Monasterio del Carmen Alto conserva el conjunto escultórico de la “Dormición” o “Tránsito de la Virgen María” que escenifica la transición de la Virgen María desde la vida terrenal hacia el reino celestial. Está compuesto por 17 personajes: María de Salomé, María de Cleofás, dos ángeles, los doce apóstoles y la Virgen María. Complementa el conjunto una lujosa cama sobre la cual yace la Madre de Dios. Por tratarse de una pieza de alto valor estético y artístico destacamos sus aspectos decorativos e iconográficos. La cama sobre la que yace la Virgen María data del siglo XVIII. Está labrada en madera, policromada y adornada con espejos.

Una muestra de la fastuosidad con que se rendía culto al Tránsito de la Virgen es la cama, labrada a fines del siglo XVIII en madera policromada y decorada con ornamentos dorados sobre un fondo de color carmesí. El mueble ha sufrido varios cambios, no obstante conserva su original estilo rococó caracterizado por una ornamentación exuberante compuesta de apliques, espejos, flores, rocallas o conchas y volutas en forma de S y C ricamente talladas y doradas. Está formada por el espaldar, pie de cama, largueros y por un somier o estructura de madera sobre la que se asienta el colchón. 

Esta estructura es alta para destacar la imagen de la Virgen. El espaldar de bordes curvos está rematado por una rocalla o concha de color gris. Sobre la superficie se destacan las rocallas, volutas o figuras en espiral, las cuales enmarcan tres espejos rectangulares. En los apliques vemos las imágenes de los apóstoles Pedro, Felipe y Bartolomé, un querubín y Santa Bárbara, rodeados de ornamentos florales.

En la parte central y frontal del pie de la cama se ubica una rocalla de gran tamaño, alrededor se observan diferentes tipos de flores como rosas y azucenas con sus respetivos tallos de color verde. En cada soporte del espaldar y pie de cama sobresalen cuatro figuras masculinas de medio cuerpo tipo atlantes. Los rostros tienen encarne brillante, visten con túnica azul decorada con la técnica del chinesco; también se observa una decoración floral dorada y estofadaes decir, pintada a pincel. Sobre la cabeza llevan una pieza adaptada para colocar cirios que las hermanas carmelitas tenían encendidos durante la fiesta de la “Dormición o Tránsito de la Virgen”.

*** Ver el video: https://www.youtube.com/watch?v=MMll6cD0evk&t=20s