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sábado, 31 de agosto de 2019

- La Virgen de la Merced en Quito

La Virgen de la Merced es la Patrona principal de la Ciudad de Quito. Este 24 de Septiembre en los templos de la capital de Ecuador se ha celebrado su Fiesta con toda la solemnidad y belleza de los pueblos andinos. Escribo dos apartados:
-el primero: imágenes de la Fiesta de la Merced en la Parroquia de San Carlos, en San Rafael, del Valle de los Chillos, en el sector sur de Quito, 
templo donde se venera especialmente a la Merced y donde el párroco me invitó a presidir la Misa en honor de la Virgen de la Merced.
-Y en segundo lugar, la historia de Nuestra Señora de la Merced en Ecuador, su importancia para los ecuatorianos, así como su templo en Quito.
El origen de la imagen de Nuestra Madre de la Merced, que se venera en la Basílica de la Merced de Quito, es maravilloso y lleno de misterio.
Cuando llegaron los españoles, en 1527 encontraron en la Isla de la Plata una imagen, que los nativos la tenían a manera de ídolo, acudían a ella en sus enfermedades y en toda necesidad.
Hacían exvotos de plata de los miembros enfermos y le ofrecían a la imagen. Tanta cantidad de exvotos encontraron los españoles, que por eso la llamaron “Isla de la Plata”. Los religiosos mercedarios que vinieron con los conquistadores vieron en esa imagen algo más que un ídolo, era una imagen de María, la consagraron como Nuestra Madre de La Merced y después la trasladaron a Quito. La imagen es de piedra, labrada con mucha belleza, no se sabe quién, ni cuándo, ni dónde la hicieron. Actualmente se encuentra en el altar mayor de la Basílica de la Merced de Quito. Indudablemente que es la imagen más célebre de todo el Ecuador.
Siendo la primera imagen mariana en Quito, y por su acción taumatúrgica, los conquistadores al realizar la repartición de tierras le asignan unas propiedades como si fuese una persona, razón por demás para que el cabildo de la ciudad de Quito la reconozca, como Fundadora, Vecina, Primera Colona y Protectora de la Ciudad. Posteriormente, por la protección que demostró en los terremotos y en las erupciones volcánicas, que eran tan frecuentes, recibió el título de “Virgen del Terremoto” y “Virgen del Volcán”. La historia del Ecuador está relacionada muy estrechamente con la historia de esta imagen. 
"Su protección nos consiguió la independencia en la Batalla de Pichincha. El General Sucre se acogió a su amparo y le entrego su espada después del triunfo.
Con su socorro García Moreno triunfó sobre el ejército peruano en la Batalla de Guayaquil el 24 de septiembre de 1860, a raíz de lo cual la Convención Nacional le declaró Patrona y Protectora especial de la República, de la Armas y se comprometió a celebrar su fiesta “con asistencia de primera clase en la iglesia en que aquella se venera”. 
Posteriormente, primero la Fuerza Aérea Ecuatoriana y luego las Fuerzas Armadas, la declaran Patrona y Generalísima de las Fuerzas Armadas. Cinco decretos que van desde 1575 hasta 1992, entre tantos otros de mucho valor, dan a conocer la importancia histórica y religiosa de esta portentosa imagen:
1.- El 15 de septiembre de 1575, “reunidos los cabildos (eclesiástico y civil” hicieron Voto Solemne de celebrar perpetuamente una fiesta de acción de gracias a la Santísima Virgen de la Merced, cada año el 8 de septiembre, día en que en 1575, Quito se salvó milagrosamente de la erupción del volcán Pichincha”: “…habiendo amanecido dicho día sobrevino tanta oscuridad, como si fuera noche tenebrosa, y que entendieron que estaba a punto de perderse la ciudad por la ceniza que llovió, venida del volcán, con truenos y relámpagos de fuego”. Y todo se resolvió con la protección de la Virgen de la Merced.
2.- La Convención Nacional de 1851 ratifica la declaración anterior y la declara Patrona y Protectora especial de Quito contra los terremotos: “ se reconoce a la Santísima. Virgen María, en su advocación de Mercedes, como Patrona y Protectora especial de esta ciudad contra los terremotos. La fiesta de la expresada advocación (24 de septiembre) se declara cívica para esta capital y se celebrará con asistencia de primera clase”. Ejecútese y Promúlguese, Diego Noboa.
3.- La Convención Nacional de 1861, declara a la Santísima Virgen de la Merced, Patrona y Protectora de la república del Ecuador, después del triunfo de la batalla de Guayaquil, el 24 de septiembre de 1860: Artículo 1: se reconoce a la Santísima Virgen María en su portentosa advocación de Mercedes como Patrona y Protectora especial de la República”. Artículo 2: “se declara Cívica la Fiesta de la enunciada advocación, y se mandará a celebrar el 24 de septiembre con asistencia de primera clase, en la iglesia en que aquella se venera”, Gabriel García Moreno.
En 1963 la Junta Militar de Gobierno la declara Patrona y Generalísima de las Fuerzas Armadas del Ecuador: “Reconózcase a la Santísima Virgen María de la Merced, como Patrona y Generalísima de las Fuerzas Armadas del Ecuador; y entréguese por medio del Señor Ministro de Defensa Nacional a la imagen que se venera en el Templo Histórico Nacional – La Basílica de la Merced de Quito – la Espada y la Banda Tricolor que le acreditan como Generalísima de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas.”

La Basílica de Nuestra Señora de la Merced localizada en el Centro Histórico de la ciudad de Quito, capital de Ecuador. Constituye la primera iglesia y principal sede de la Orden mercedaria en el país, y por ello lleva el título de Basílica.
El edificio, de color blanco, tiene cinco cúpulas, una torre cuadrada y está decorado con inscripciones incas y árabes. La construcción comenzó en 1701, la torre se completó en 1736 y la basílica fue consagrada en 1747. 
El retablo mayor fue tallado y construido por Bernardo de Legarda. En su sacristía así como en el interior de la Iglesia, se encuentran varias obras del artista Victor Mideros.
La cúpula de media naranja sobre el crucero, cubierta de tejuelos verdes, es atractiva y vistosa, figura también un reloj de sol del siglo XVII ubicado en una pequeña cúpula, una fuente de piedra en el centro y otros atractivos le dan a la basílica un estilo barroco y morisco.
Poseedora de obras de arte de infinito valor encontramos pinturas de Miguel de Santiago, Nicolás Goríbar, Bernardo Rodríguez y Manuel Samaniego, y de la Judía Pinta, y esculturas de Bernardo de Legarda (la Virgen de la Merced, hecha en piedra).